viernes, 26 de junio de 2015

Reflexión de la obra El Extranjero

Albert Camus nos trae una historia sobre la mentalidad de la sociedad en 1942, con la segunda guerra mundial en su auge, donde se veía tanta brutalidad en los asesinatos, que las personas se habían vuelto insensibles ante tales situaciones, gracias a que se convirtió en algo muy cotidiano. Esto no lo demuestra en su novela en donde el personaje Meursault menciona una frase que le había dicho su madre antes de morir que era “uno acaba por acostumbrarse a todo”. 

La obra relata parte de la vida de Mersault, quien después de acudir al funeral de su madre siente un profundo vacío y una indiferencia arraigada ante toda experiencia, sensación, ocasión y persona. A pesar de contar técnicamente con una vida plena -amigos, pareja sentimental, empleo y vivienda-, comete un asesinato contra un acérrimo enemigo de un amigo cercano, lo cual le concede un pase automático ante el Jurado que finalmente le dictamina pena de muerte. 

Sin duda alguna Camus muestra a través de sus páginas la cúspide y el clímax del pensamiento de la época (1942), caracterizado por una indiferencia, un profundo rechazo y una negación de toda ideología o espiritualidad propias del existencialismo y del nihilismo, respectivamente. 


“Es propio y menester afirmar que dicho existencialismo y nihilismo pasivo característico del personaje es producto quizá de un racionalismo extremista, donde la mente del individuo ha trascendido más allá de los sentimientos, emociones y placeres, instaurándose por ende el raciocinio como máximo propósito. Precisamente una vez establecido un racionalismo radical, respaldado por una fluida e infinita sabiduría y experiencia, todo lo demás se considera un excedente innecesario y carente de valor alguno, por lo que es posible prescindir de su existencia. Como bien lo establece uno de los pensamientos del personaje Mersault: “Yo había tenido razón, tenía todavía razón, tenía siempre razón”. (Camus, 1942, p.37).”


Finalmente es posible afirmar que la obra El extranjero de Albert Camus es una exquisita pieza que sirve de guía hacia el entendimiento del yo, ya que a través de sus líneas es viable preguntarse ¿cuál es la relación del “yo” con el “otro”? ¿Acaso el racionalismo extremo puede conducir a la supresión de la sensibilidad humana y las emociones? Múltiples cuestionamientos más se conducen a través de las finas pero muy profundas líneas del texto. Una lectura totalmente recomendada para los amantes de la filosofía y de la duda.




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