FLAUBERT, GUSTAVO. Madame
Bovary. Espasa, 1856, 400 pp
¿Eres tú la
Madame Bovary de hoy?
Es una de
las obras maestra de la literatura francesa y de la novela del siglo XIX, que
continúa deleitando a sus lectores hasta la actualidad.
El autor de esta gran obra es “Gustavo
Flaubert quien nació en Rúa en el año 1821 y murió en el año 1880,
este fue un escritor francés, se caracteriza principalmente por su forma de
escritura. Empezó a estudiar derecho en
Paris pero tuvo que retirarse por problemas de salud, por lo que se decidió
dedicarse de lleno a la literatura. Es
uno de los escritores más importantes de todos los tiempos, es conocido en todo
el mundo por su gran obra Madame Bovary, la cual al público en el año 1856.”
Flaubert es un verdadero creador de estilo, un apasionado de las palabras.
Presenta la belleza del lenguaje a través de la minuciosa descripción de las
cosas, de los hechos, de los sentimientos; la precisión en las palabras que,
casi como en la poesía, ocupan un lugar inamovible en el ritmo de la frase.
En Madame
Bovary se narra la historia de Emma Bovary, una hermosa joven que se casa con
un médico de pueblo, Charles Bovary. La tranquila vida rural que se ve obligada
llevar no le satisface para nada las expectativas que Emma había depositado en
su vida. Su marido le parece simple, un ser sin ambiciones y falto de
inquietudes. Ella se siente sola porque no encuentra a nadie capaz de compartir
con ella sus sentimientos y pensamientos. El aburrimiento y la monotonía
centran su vida y Emma desea escapar de ella a toda costa. De la mano de dos
amantes y de una desenfrenada vida adultera y promiscua, Emma tratara de
convertirse en la mujer que siempre
había deseado ser; sin embargo, esa desenfrenada aventura acabara por destruir
todo, incluso a ella misma.
Madame
Bovary, subtitulada "Costumbres provincianas", define "esa
desazón inaprensible", tan presente también en nuestros días: el
inconformismo de la vida cotidiana, la atracción por el lujo, el consumismo, y
la decepción en sucesivas relaciones amorosas, como búsqueda inagotable de un
ideal que, por serlo, nunca se consigue.
En este
contraste entre la decepcionante realidad y las ilusiones y aspiraciones de la
protagonista juega un papel fundamental la lectura, lugar de consuelo y fuente
de locura a la vez Emma Bovary lee con avidez las novelas románticas que la
distraen de la cotidianidad insípida, pero al mismo tiempo le crean unas
expectativas, la cual la vuelven loca, como una versión femenina de aquel
Alonso Quijano que enloqueció por leer demasiadas novelas de caballería.
Flaubert se muestra ambivalente con su señora Bovary; en ocasiones la hace
parecer ridícula, una mujer rendida a la idealización del amor, sin embargo,
también logra que el lector se
compadezca de ella y rechace los convencionalismos de los personajes que la
rodean, quienes, encerrados en sus propios intereses no logran comprender su
sensibilidad. La crítica, por lo tanto, se dirige en ambos sentidos: el amor
romántico y la sociedad contemporánea del autor.
Antes de
casarse, a Emma le había parecido que sentía amor; pero como la felicidad que
habría debido ser el resultado de ese amor no había llegado, pensaba que
probablemente se había equivocada. E
intentaba saber cómo había que entender exactamente en la vida las palabras
“felicidad” “pasión” y “embriaguez” que tan hermosas le habían parecido en los
libros. (Pag 52)
En cuanto a
la forma, Flaubert es un verdadero creador de estilo, un apasionado de las
palabras. Presenta la belleza del lenguaje a través de la minuciosa descripción
de las cosas, de los hechos, de los sentimientos; la precisión en las palabras
que, casi como en la poesía, ocupan un lugar inamovible en el ritmo de la
frase.
El autor
refleja con gran acierto la tragedia de este personaje, y Madame Bovary ha
resultado ser una obra de referencia constante, hasta el punto de estar
considerada como una obra maestra del realismo.
Según
nuestra opinión basándonos en partes importantes de la obra Emma Bovary es un
claro ejemplo de lo mal que acaba el "espíritu de lo romántico", que
lleva inevitablemente al desastre, a la ruina, a la autodegradación y a la
injusticia sobre los demás. “La moraleja es clara, y la descripción de ese
marido primitivo pero cándido que tantísimo la ama (y que no se merece
semejante traición por mucha que sea su simpleza intelectual), refuerza aún la
sensación final de que Emma se ha equivocado, como un Quijote francés y
femenino que de leer demasiadas "bobadas" palaciegas, se ha olvidado
de su verdadero mundo, y se ha dejado engañar por el primer vividor. Sin embargo,
y bajo este enfoque consciente, a Flaubert se le ven todavía unas simpatías
inmensas hacia su protagonista, una amor especial, y una comprensión absoluta,
desarrolladas con el trato que da a su psicología; la redime, "a pesar de
ser romántica", la condena, pero a la vez la perdona. Lucha a través de
ella, porque ella es él, y el suyo, es su pequeño drama privado...”
Cibergrafia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Gustave_Flaubert
http://www.elresumen.com/libros/madame_bovary.htm