En la vida
diaria estamos enfrentados a diferentes situaciones o acontecimientos que
tienen connotación argumentativa, aunque no estamos pendientes de ello. Es así
como es común defender y proteger nuestras opiniones y tratar de hacer entender
al otro que nuestra postura es la correcta o la más adecuada.
Por
consiguiente, para qué nos sirve argumentar; en la vida cotidiana nos sirve
para tomar una actitud o postura frente a lo que razonamos o reflexionamos, a
lo que somos y a lo que vivimos, es importante poder tener una postura crítica
y sólida frente a la realidad, a nosotros mismos y a los demás, para tomar
decisiones fundamentadas en razones, porque decidimos todo el tiempo pero no
siempre sabemos por qué lo decidimos o bien por qué una decisión era mejor que
otra, argumentando podemos indagar las opciones con las que contamos al momento
de tomar una decisión y una vez que hayamos indagado podemos determinar las
diferentes alternativas a fin de tomar la mejor decisión posible; además
argumentando y evaluando los argumentos que damos a favor de una decisión
también es posible anteponer los posibles resultados de nuestra decisión y eso
es muy útil al momento de querer saber qué decisión tomar; en el entorno
académico: para poder realizar investigaciones consolidadas y/o fundamentadas y
finalmente en los debates nos sirve para debatir opiniones o defender nuestras
ideas.